A unos les llega en su cama, a otros al cruzar la calle y unos cuantos en la regadera. La muerte es impredecible y nunca toca la puerta, únicamente entra sin avisar y toma lo que le corresponde. Antonio de Nigris, tú fuiste uno de los pocos afortunados que feneció haciendo lo que más apreciabas.
No eras el jugador más
Gracias por romper los mitos que encadenan la efigie del fútbol azteca. Gracias por vacunarnos en contra del ‘Síndrome del Jamaicón’. Gracias por cruzar el charco, fracasar y no regresar con la cola entre las patas como un buen número de compatriotas. Gracias por levantarte por enésima vez ante el fracaso y plantearle buena cara al mal tiempo.
Qué si sabías sobre el mal congénito, que si fue un acto de irresponsable jugar así, que dejes detrás a una pequeña y a una viuda… ¿Y quiénes somos nosotros para juzgar tus decisiones personales? El único con ese facultad es el de allá arriba. Y trato de comprenderte, pues desayunabas, comías y cenabas fútbol; tu vida giraba en torno a este hermoso deporte.
¿Qué nos dejas? De mi parte te aseguro luchar por la desaparición de ese aberrante “pacto de caballeros”, que parece más de bandoleros, con el objetivo de que tipos como tú, puedan regresar a su tierra natal como héroes y no como villanos. Trataremos de impulsar una Ley de Nigris, una reforma que instaure un “antes” y un “después”.
Mi único reclamo no es hacia tu persona. Al contrario, es para nosotros. ¿Porqué reconocemos los logros de nuestros seres queridos hasta que se nos adelantan? Cambiemos esta concepción y comencemos este día por recordárselo a las personas que nos rodean.
Mientras tanto, Dios puede ir preparando la alineación de lujo donde Foe, Feher, Serginho, Puerta, Jarque, Enke, entre otros, te aguardan con los brazos abiertos en su equipo….
ENVÍALE AL GUERRERO Y A SU FAMILIA TU ÚLTIMO ADIÓS. ¡DESCANSA EN PAZ!
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