Mario Aguirre, como mexicano y desde México, critica sin pelos en la lengua el cómo los medios de comunicación utilizan el caso Cabañas para caer en los lugares comunes y hasta en el racismo, para hablar de México. Una lectura más que interesante que nos enseña a los europeos a no confundir la parte por el todo.
DISTRITO FEDERAL, MÉXICO.-
“El goleador paraguayo fue víctima de la violencia que vive en México”, “Caso Cabañas, una realidad de México”, “Cabañas atacado por un ‘típico’ mexicano”, “México, país de corruptos”, “La capital mundial del narcotráfico [Distrito Federal]…”. Encabezados que saltan a la vista por su ‘objetividad’ e invaden las redes sociales a manera de publicidad viral. ¿México lindo y querido eh?, representa su burla popular.
No es extraño cuando dichos textos provienen de pasquines que ni les alcanza para enviar corresponsales al lugar del evento. Por ello, solventan su negligencia profesional succionando las ubres de las ‘vacas informativas’ como EFE, AP, UPI, AFP, entre otras, para plagiar sus crónicas y fingir su presencia en esa zona. El ganado obedece a un único pastor: la agenda setting. Ésta dicta que la mayoría de las naciones de África, Asia y Latinoamérica conformamos el Tercer Mundo; es decir, todo lo malo acontece aquí. Norteamérica y Europa son sinónimo de prosperidad y seguridad. No lo digo yo, lo exponen versados en la materia como Donald L. Shaw y Maxwell McCombs.
Lamentablemente se volvió una costumbre que los emisores – más parecidos con su función a interpretantes – de información tergiversen y descontextualicen el contenido de las noticias. No obstante, también se avocan a generalizar o estereotipar a los estados gracias a cobardes como los que atentaron contra Salvador Cabañas. Ante la tragedia, la reacción lógica es buscar culpables donde, simplemente, no los hay.
Del mismo modo, los foros de los sitios electrónicos (como éste), han fomentado la creación de arquetipos hiperbólicos nacionalistas. Perennemente matizados de complejos cromáticos o de bandera, convierten un encuentro de fútbol en un asunto de estado o guerra mundial. Para estos pseudoaficionados, la línea entre la política y el fútbol es muy delgada. Por lo tanto, ‘toman’ estas plataformas tecnológicas como trincheras cibernéticas, desde las cuales expulsan invectivas xenófobas y chovinistas. Quien no lo hace así y es compatriota, lo destierran o acusan de apátrida…
Tan mal estamos que nos descarrilamos del tema trascendental: la vida del paraguayo que le ha dado tantas alegrías al balompié azteca y a su selección. Aunque si los medios cumplieran apropiadamente con su tarea, no habría que tocar este tema.
Por otro lado, no comparto la opinión de aquellos que fustigan al futbolista a “comportarse como figura pública”. Basándonos en esta premisa, los mandamientos de este deporte constriñen al jugador a no desvelarse o enfiestarse por una cuestión de imagen. ¡Patético! Como si las largas concentraciones en los fortines (hoteles) o el sacrificio de tener a la familia en otro continente no fuesen escollos suficientes. El ‘10’ americanista estaba en todo su derecho de salir en compañía durante su día libre – el América les otorga el día posterior al cotejo –. Asimismo, otro que fabricó culpables fue el mister Jesús Ramírez, quien culpó a los medios de comunicación mexicanos de provocar estos hechos con las críticas vertidas hacia su equipo. ¡Bendita libertad de expresión, sálvanos de tipos como estos!
Finalmente, no me queda ninguna duda de que ‘El Mariscal’ Cabañas saldrá de ésta, como se lo dijo a su esposa. Lo de menos es si volverá a practicar fútbol. Seguramente, como nos tiene acostumbrados, el guaraní driblará a la muerte y meterá el gol más bello de su vida. ¡Tú puedes Chava!
Debate: ¿Crees que se sobredimensiona la situación actual en México? ¡Deja un mensaje de aliento para Cabañas nuevamente!