domingo, 29 de marzo de 2009

Consonantes en el Periodismo. ¿Suena fácil, no?


Sí, suena fácil. Pero llevarlo a la práctica, es uno de los ejercicios más difíciles en el mundo de la prensa. El uso adecuado de las consonantes es fundamental. Se deben de emplear con el mero fin de no malinterpretar el contenido del mensaje. Muchos pensarán: “Bueno, es sólo un lapsus calami (error ortográfico). ¿Que más puede pasar a parte de un sermón o la no publicación de tu nota?” dice el escritor. “Así que eso piensas? Muy bien, deja te lo esclarezco con un exempli gratia" (un ejemplo), le responde el jefe:

Imaginémonos en esta situación: un encabezado de un periódico deportivo español, que fue objeto de una polémica memorable, digna de telenovela. “Colombia (1986): sede próximo Mundial” leía el primero. “Colombia (1986): cede próximo Mundial” enunciaba el segundo. Para empezar, el autor de esta nota cometió el error grosero de comerse la preposición “del”. El contexto de este anuncio se remonta a 1985, año en el que el anfitrión original (es decir, la sede) era Colombia, pero que a raíz de la eventual guerrilla que sufría dicho país, a Colombia se le vetó y la realización del evento se trasladó a México –por segunda vez, en menos de 20 años-. Por lo que Colombia cedió o heredo la sede a México. Este error diminuto le costó: una cuantiosa multa económica; una demanda sobre difamación pública y el consecuente desprestigio entre el círculo de sus lectores, por lo que sus ventas disminuyeron en un 40% después de lo sucedido. Debido a lo anterior, estuvieron a punto de caer en la bancarrota y operar en números rojos, pero una fuerte inyección financiera de una firma internacional los salvó.

Mi consejo sería releer lo que vas a publicar muchas veces, para que no parezca o se entienda como un vil pasquín. Sin embargo, es difícil no caer en estos yerros tan comunes -especialmente en vocablos homónimos y sus respectivas vertientes: homógrafas (si se escribe en Inglés) y homófonas- hasta para el mejor periodista. Como dato alentador para los que adolecen de este mal, es el hecho de que nuestro escrito pasa por muchísimas mesas editoras que revisan detalle por detalle y letra por letra que van desde la sintaxis, la ortografía y la semántica utilizada en nuestro reporte. Tampoco se vale caer en el conformismo, de saber que tu mediocre trabajo se convertirá –después del enorme proceso de escrutinio- en una obra digna de un Premio Pulitzer. Mientras uno publique su nota y la vea plasmada en el diario o periódico, tal cual como se mando inicialmente, será sinónimo de nuestro buen esfuerzo y empeño que le estemos dedicando a nuestra faena. Y un hecho que está por de más decir -sino es que hasta implícito para cualquier estudiante de Periodismo o Ciencias de la Comunicación- es leer constantemente. Siguiendo estos pilares o ejes rectores de todo buen redactor, se garantizan pocas pifias:
1.- La gramática como base.
2. La lectura como complemento con miras a incrementar nuestro léxico.
3.- La práctica constante.
4.- La creatividad.

Aplícalos y si no te sirven de nada, hazme llegar la queja. Dudo que acontezca...

PD. Si estas buscando el ejemplo como buen cibernauta, te aclaro lo siguiente: el ejemplo es inventado, pero sirve para su comprensión.

1 comentario:

  1. Mario, mil felicidades por tu blog, realmente es un placer el darme cuenta que un muchacho que comienza en el ámbito del periodismo se expresa como todo un profesional siendo que apenas estas en el 2° semestre de tu carrera. cierta estoy que ya sea como periodismo deportivo o cualquier otro tipo de periodismo serás un triunfador.

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