martes, 5 de enero de 2010

Análisis: El Leeds United, o un grande en el infierno

Manteles largos, vestido de gala, champagne para brindar: así eran los días en los que Ellen Road recibía usualmente a la ‘crema y nata europea’ como el Real Madrid, Milan, Barcelona. Épocas en las que Ferdinand, Viduka o Keane adornaban los dorsales de las camisetas de los aficionados. Hoy en día ni para el cartón de cervezas alcanza. ¿Los figuras contemporáneas? Beckford, Becchio y Doyle. De ahí que, entre tanto altibajo, Leeds siga de parranda hasta pasadas horas de la noche por su victoria en el “Clásico de las Rosas”.

Por algo las crónicas de los periódicos deportivos se refieren a The Whites con el adjetivo calificativo de equipo modesto. Y vaya que tienen razón, aunque no siempre fue así; consistió en la destrucción de la historia de un equipo ganador de tres ligas, una Copa de Inglaterra, dos Community Shield, mismo número de la entonces denominada Copa de Ferias y un subcampeonato de la Liga de Campeones que perdió por 2-0 frente al Bayern Munich.

Fundado en 1904, el Leeds vivió sus momentos de gloria de la mano del revolucionario Don Revie (mister que cambió los colores del club al blanco en honor al Real Madrid de Di Stefano, Gento y compañía), quien concibió un fútbol aguerrido, rudo y de tres pulmones, según el Daily Mirror, lo que les valió el mote de Dirty Leeds. En los setenta, la tónica siguieron siendo los premios de consolación (tres subcampeonatos de liga al hilo desde el ´70 al 72). Durante este lapso germinó la histórica rivalidad con el Manchester United. De hecho, el nombre de este partido surge de las Guerras de la Rosas del Siglo XV, los célebres y cruentos enfrentamientos armados entre las Casas de los territorios de Yorkshire (Leeds) y Lancashire (Manchester United), dinastías con el mismo origen y fin: la Casa de Plantagenet y heredar el trono de Eduardo III, correspondientemente.

Por si fuese poco, Lancashire masacró en la batalla de Towton, considerada la más cruda de la historia de Inglaterra, a un saldo estimado de 30,000 soldados enemigos. Esto explica el escudo del Leeds United, en el cual aparece una rosa blanca con un balón en medio, lo que representa tanto el emblema de la Casa de York, como el luto a los civiles abatidos durante este conflicto bélico. Posteriormente, durante la Revolución Industrial, la industria del algodón de Manchester incitó la ruina de la lana tradicional en Leeds, hecho que amplió el encono entre ambas urbes, separadas por únicamente 60 kilómetros. De ahí que el odio que hacia el Manchester United raye en lo psicológico. Para la religión de ambos conjuntos es un pecado pronunciar el nombre del otro, por eso optan por llamarse scum.

Más allá de su concepción ‘violenta’ del fútbol, los blancos, igualmente, se caracterizaron por jugársela siempre con su cantera. El material humano ‘hecho en casa’ derrochó su calidad por los campos de Inglaterra bajo las figuras de los campeones mundiales Jack Charlton y Norman Hunter; el histórico Paul Medeley; el eterno y fiel Gary Nelly; o los recientes Aaron Lennon, Jonathan Woodgate y Alan Smith.

El Waterloo del club del condado de Yorkshire emanó de dos corrientes distintas: el pésimo manejo administrativo y el síndrome post-europeo. La torpeza de manejar futuros ingresos por derechos televisivos de la Champions League después de la temporada 2001-2002, aún cuando no estaban clasificados – finalizaron quintos –, además de la gestión con gastos superiores a sus posibilidades, fueron la debacle inicial. ¿La solución? La irritante transferencia de Rio Ferdinand a la acera de enfrente por 30 millones de libras. Y de ahí la ‘fuga de estrellas’ a precio de remate, descensos, penalizaciones, la venta de su feudo y el rescate in extremis de un consorcio de empresarios locales, quienes no evitaron el “descenso administrativo por insolvencia económica”, por una deuda 35 millones de libras que lo condenó a levitar por el Ades de la League One.

Por otro lado, el trastorno mencionado no es una cepa nueva, ya que se le ha diagnosticado a otros pacientes como la Real Sociedad, Celta de Vigo o Newcastle. Los efectos pueden ser instantáneos o a largo plazo, aunque con el mismo desenlace: la pérdida de categoría. Básicamente apuestan todas sus canicas al torneo europeo en detrimento del ámbito local.

Efectivamente, el Leeds United no cuenta con una gran nómina; nombres no, pero hombres sí. Demostraron el hambre, cumplieron al pie de la letra la placa en el vestuario que reza keep fighting. Actualmente, los dirigidos por Simon Grayson pretenden superar los logros de sus últimas dos campañas –cuarto y quinto lugar, respectivamente – y marchan como líder absoluto de su campeonato, para que de esta manera la leedsmanía desatada por el filme The Damned United, del director Michael Sheen, regrese al sitio que le corresponde. Leeds United espera emular al ave fénix y renacer de sus cenizas. El partido ante el innombrable podría ser el primer ladrillo de la construcción…

DEBATE: ¿REGRESARÁ PRONTO EL LEEDS A LA PREMIER LEAGUE? ¡¡OPINA!!

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