lunes, 31 de mayo de 2010

Editorial: Carta abierta a la Familia Dos Santos

Ironías de la vida, la Santa Inquisición persiguió herejes por años. Hoy, en cambio, ha sido emprendida contra dos Santos. De nombre Jonathan, huyó de las fauces de la Selección Mexicana para no volver nunca (contrario a lo que prometen los santos: su retorno en un futuro)… O al menos eso dice su padre.

Ironías de la vida, el Santo fue expulsado por los consejos de la bruja de Mario Carrillo. ¿No la había dejado en el Puebla? Reculo, son “dos” Santos los perjudicados: Giovanni y el ya mencionado ‘Jona’. Al parecer, la Historia se escribe al revés en nuestro país.

En vista de que la mayoría de los medios de comunicación han gastado sus municiones en contra de Javier Aguirre y su cuerpo técnico para culparlos de esta decisión, me concentraré en los supuestos damnificados.

Jonathan, eres un chico sereno y bastante centrado en comparación a tu hermano. Por algo te han arropado cautelosamente desde tu paso por La Masía hasta llegar al primer equipo del Barcelona. Guardiola cree en ti y ha manifestado una confianza ciega en tus capacidades. Creciste con el ejemplo del hermano rebelde, quien luego de ser inflado de más por la prensa al compararlo con Ronaldinho y enemistarlo innecesariamente con Bojan Krkic, huyó desesperadamente al Tottenham. Quienes opinan que sigues el mismo proceso que Gio, se equivocan. A ti sí te están llevando conforme a los tiempos adecuados.

Eres un sui generis para nuestro balompié. No pierdes tiempo en lucirte y pasa el balón de primera intención o dos toques a lo mucho. Eres (¿o fuiste?) el pistón que requería la Selección Mexicana para conectar la salida a balón controlado de tipos como Rafael Márquez o Efraín Juárez e incorporarlo rápidamente a la media cancha o, inclusive, la delantera, sin la necesidad de escalas infinitas como las que Torrado o Castro gustan hacer.

Además, la selección sólo cuenta con dos medios de contención nominales, que son los dos anteriores. Márquez y Juárez no son naturales. Por lo tanto, en caso de una lesión, el ‘Vasco’ no tiene con quién cubrir ese hueco. Un hueco que estaba hecho a tu medida, para alguien que pasaba inadvertido pero era vital para el equilibrio táctico del esquema de Aguirre.

Pero valieron más dos pinchurrientos goles en comparación a tu aporte en el cotejo de ayer. La vida es, por definición, injusta. Levántate y demuéstrale a los que dudaron de ti lo errados que están; dales una cachetada con guante blanco y subsana tu honor mancillado.

Por otro lado, no deberías dejar que tu padre ponga palabras en tu boca. Entiendo que no quieras dar declaraciones en este momento pero debería ser un futuro cercano si no deseas que los medios de comunicación te crucifiquen aún más por tu hermetismo. ¡Aguanta! Si te sirve de consuelo, grandes cracks como Maradona (en Argentina 78’) quedaron fuera de la cita ecuménica alguna vez.

Gio, fájate los pantalones y sal adelante. Comprendo que te duela ver a tu hermano fuera del Tricolor, pero ya no eres un adolescente. Así que no te comportes como tal. Canaliza ese coraje que destilas apaciblemente en tu interior. Debías saber que tu convocatoria al Mundial no estaba sujeta a cláusulas de un “combo Dos Santos”. Es decir, las probabilidades matemáticas decían que a cualquiera de los otros 27 que iniciaron la gira desde Estados Unidos. le podía haber pasado. ‘Jona’, lamentablemente, nadó tanto para ahogarse justo en la orilla.

Si no te aplicas la prensa te hallará culpable en caso de una hecatombe mundialista. Motivos sobran: que porque boicoteaste a la selección en apoyo a tu hermano y a tu padre; que porque eres un jugador que desaparece en momentos importantes; que porque eres un malagradecido con el país que te abrió las puertas para dedicarte a esta profesión; y un largo etcétera. Ello se encargaran de destronarte y pedir tu cabeza o que te quemen en la hoguera. El linchamiento mediático es el pan de cada día de los consorcios de comunicación de México. Tú sabrás a qué te expones…

Zizinho, hay formas y momentos. Parece que tú los desconoces. Tu cólera te traicionó y hablaste de más. Enturbiaste el ambiente de una selección que, de lo poco que podía presumir, era poseer un entorno sano en donde reinaba la camaradería en comparación a la cantidad de “grupitos” existentes –lavolpistas, no lavolpistas, neutrales y jóvenes– hace cuatro años bajo la dirección de Ricardo Lavolpe.

Además, si bien recibiste la invitación de España para integrar a Jonathan a sus selecciones menores (porque de Brasil no recibiste ni un saludo), imagínate si tu hijo no juega, inmerecidamente, con México, qué panorama le vislumbras teniendo a Xavi, Iniesta y Alonso por delante. ¡Vaya, hasta Fábregas y Busquets son suplentes! Y espérate, que atrás pujan diamantes en bruto como Javi Martínez, Fran Mérida o Ignacio Camacho.

Cierto es que el reglamento de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) te permitiría cumplir tus caprichos, puesto que la legislación del órgano rector del balompié accede a un cambio de representativo a los menores de 21 años, aún cuando ‘Jona’ ya jugó un partido oficial (recuerden que la fecha FIFA es considerado así) contra Nueva Zelanda este año.

Aún así, seguramente ya con la cabeza más fría te arrepentirás y pedirás disculpas que, no por ti, sino por el valor de tus hijos serán aceptadas. Tiempo al tiempo. Tus vástagos serán los bastiones de la generación que disputará Brasil 2014 y lavará el nombre de una selección que desfila rumbo al precipicio en este Mundial. Tiempo al tiempo.

1 comentario:

  1. es un gran análisis del caso tan sonado "dos Santos", tan cierto es el futuro de Jonathan pero también es cierto que aún no ha mostrado muchas cosas que sean cuantificables y lamentablemente eso pesa, Bofo además de sus dos goles, ha sido campeón en el futbol mexicano y ha tenido una larga carrera en primera división, claro que no se compara eso con la Liga Española pero a los federativos les importa más el presente y no se respetan los procesos a largo plazo. Esperamos a una selección capaz de solventar estos problemas extra cancha y veremos la madurez de los dos Santos, papá e hijos. Me gustó muchísimo tu texto.

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