viernes, 9 de abril de 2010

Opinión: Lo que el ManU puede esperar de Javier Hernández


Gregorio Mendel (1822-1884) experimentó hace 144 años con chícharos para descifrar el mecanismo de la herencia genética. Casi un siglo y medio después, es el turno del Manchester United para probar con otro tipo de ‘Chicharo’ bajo la premisa de saber si su ADN es homocigoto u heterocigoto del resto del balompié azteca. En otras palabras, conocer si éste responde a la uniformidad mental del mexicano o rompe con el estereotipo de sus compatriotas.


Javier Hernández no es un crack, eso está claro. Sin embargo, sin miedo a equivocarme puedo afirmar que Hernández Balcázar es el punta más prometedor desde la aparición del Hugo Sánchez en México.

Es un jugador que rompe con el paradigma del futbolista mexicano: de complexión fuerte, un resorteo descomunal para ganar por arriba –a pesar de sus 1.75 metros–, buen manejo de ambos perfiles, gran sentido de anticipación y una frialdad fabulosa para solventar de cara al arco. Sus 63 partidos y 26 goles con Chivas no impresionan a muchos. Pero su explosión data desde el año pasado: 21 perforaciones de redes contrarias en sus últimas 28 presentaciones; cuatro goles y dos asistencias en mismo número de matchs con su representativo nacional.


Jorge Valdano mencionó en una entrevista con Juan Villoro (capturada en Dios es Redondo) que “el mejor jugador es el que nunca intenta lo que hace mal”. Se refirió al ‘Pentapichichi’ como un “jugador extraordinario porque hacía muy eficaces sus virtudes y escondía sus defectos”. Esto mismo puede aseverarse de “Chicharito”: no suele complicarse con definiciones sobradas o lujosas; no se sabe si es dribleador porque nunca lo ha ensayado. Empero, capitaliza las acciones apenas se le presenta una chance.


¿Sus puntos flacos? El físico le puede cobrar factura en una liga tan física como la inglesa. Asimismo, es sabido que a los mexicanos padecen del Síndrome del Jamaicón o el trastorno psicológico que implica la nostalgia dramatizada por la tierra propia. Léase los casos de Omar Bravo o Aarón Galindo recientemente.


El oriundo de Guadalajara, Jalisco, zarpará a tierras inexpugnables para el balompié azteca. A últimas fechas, jugadores como Jared Borgetti –máximo romperredes del Tricolor–, Carlos Vela y Giovanni dos Santos – campeones del mundo sub-17 en el 2004–, Nery Castillo –experimento fracasado del DT Sven-Göran Eriksson– y Guillermo Franco han pasado sin pena ni gloria por estas latitudes.


Su fichaje por el United ocupa el segundo puesto del podium de las transacciones más caras en la historia del fútbol mexicano, únicamente superado por los siete ‘kilos’ que pagó el Deportivo La Coruña en su momento por Andrés Guardado. El tercer lugar lo irrumpe Carlos Salcido y los cinco millones de euros que desembolsó el PSV Eindhoven al Guadalajara; entidad que ha recaudado 19 millones de dólares por la venta de cuatro futbolistas a Europa, según el diario Milenio.


Es importante recalcar que se incluye sólo aquellas operaciones provenientes de la liga azteca hacia los torneos europeos; por lo que los de Castillo del Olympiacos rumbo al Shakhtar Donetsk (20 ‘kilos’) y el posterior paso de Márquez por el Barça procedente del AS Mónaco (8 mill.de €) no cuentan para efectos de este ranking.


Si se desea un punto de vista internacional, en alguna ocasión Hans Westerhoff, reconocido timonel neerlandés que ha dirigido al Ajax, PSV, Willem II y la selección nacional de Holanda sub-21 y recomendó las contrataciones de Salcido y Francisco Javier Rodríguez al cuadro ‘granjero’, lo definió “como un atacante más completo y espectacular que Carlos Vela” (actualmente banca en el Arsenal, aunque con buenas impresiones). Recordemos que Westerhoff entrenó a ambos en las fuerzas básicas del “Rebaño Sagrado”.


Resulta lógico y predecible que el ‘9’ de la verde no llegará en calidad de titular. Mucho menos se marchará cedido a otro club; es una apuesta a futuro, como en su día lo fue Manucho. Por delante cuenta nada más y nada menos que con Wayne Rooney –131 dianas en 277 cotejos–, Dimitar Berbatov –fetiche de Ferguson–, el frágil Michael Owen y los chavales Federico Macheda y Danny Welbeck.


No obstante, la vox populi red no tiene feeling con el búlgaro, quien no ha justificado la inversión realizada hace dos años. “El chico maravilla”, por su parte, tiene contrato por otra temporada pero está sujeta a su rendimiento y regularidad; hasta antes de su lesión, sus performance era medianamente buenas. En cambio, los jóvenes tratan de aprovechar los escaparates que simbolizan competiciones como la FA Cup o la Carling Cup en aras de ganarse una oportunidad de figurar en la oncena.


Los Red Devils se llevaron el gato al agua y soslayaron que la cotización de Hernández subiera como la espuma después del Mundial. Y, paralelamente, evitaron a cualquier otro rival con mayor poder adquisitivo en la carrera por el ex chiva (como el vecino de la ciudad). El movimiento fue rápido y sigiloso como un as bajo la manga. Tras su eliminación de la Champions League, el Manchester da banderazo inicial con este movimiento a la planeación del año entrante.


La prensa mexicana ya sueña eufóricamente con un dúo dinámico “Chicha-Rooney”, pero la realidad es que Javier Hernández apenas comienza una odisea por el Viejo Continente en donde tendrá que demostrar esa constancia que lo ha caracterizado con México y el Guadalajara.


Debate: ¿Tiene Javier Hernández la madera suficiente para destacar en el ManU?

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