martes, 30 de junio de 2009

Edgar Castillo... el "perro" que muerde la mano de quien le da de comer (o el hijo perdido de Santa Anna)


México D.F.- El lateral izquierdo de los Tigres de la UANL (Universidad Autónoma de Nuevo León), Edgar Castillo, reveló al diario RÉCORD su deseo por vestir la playera del conjunto de las barras y las estrellas. El nuevo reglamento de la FIFA ampara la decisión polémica del ex americanista. Se puede decir más fuerte, pero no más claro…

El “Gringo” Castillo ha pronunciado a los cuatros vientos su anhelo ferviente de cambiar de color su playera nacional: de verde a blanquiazul. El leitmotiv de su decisión se basa en la poca actividad que ha tenido con el tricolor desde que el ex timonel de la selección mexicana, Hugo Sánchez, lo convocara para el Premundial Olímpico de Beijing 2008, que culminaría con el episodio triste del “Fiasco de Carson”.

“El Homie”, cual profeta lo vislumbra: “se va a hacer un desmadre”, dispara. Para el oriundo de Las Cruces, Nuevo México, el hecho de la poca continuidad y paciencia otorgada a los directores técnicos anteriores de México (Sánchez y Eriksson), han interrumpido su proceso de consolidación y maduración con la selección. Aunado a que Javier Aguirre se decanta por otros elementos de su misma posición –como Efraín Juárez y Oscar Rojas e inclusive, prefiere colocar de “perfil cambiado” a Ricardo Osorio-, sus raíces de nacimiento, el fallo envalentonado de la “legión yanqui” que juegan aquí (Michael Orozco del San Luis y Francisco Torres del Pachuca) y el apogeo que atraviesa el balompié estadounidense, parecen ser buenos pretextos para elegir al Némesis por excelencia del fútbol azteca. Vale recordar que en el caso de los dos futbolistas anteriores, el primero lo disipó desde antes de iniciar el Preolímpico de Carson y el segundo tras desechar un llamado de Eriksson, al discurrirlo como una invitación de plato de segunda mesa.

Para que la cuña apriete, Castillo agrega: “me imagino jugando con Estados Unidos en el Estadio Azteca frente a México”. Ouch. El jugador despilfarra seguridad y convicción propia: “estoy dispuesto por eso a jugar con Estados Unidos si me llaman, quizá por desesperación, pero ratifíco que si me llaman de Estados Unidos, me voy a jugar con ellos". Mientras tanto, Edgar se aferra al artículo 15º de la FIFA que dice “cualquier jugador que no haya defendido a su selección en un partido oficial (los amistosos no cuentan), aún puede cambiar de equipo”.

El zaguero plantó mas de una duda en el aire. ¿Se imaginan a este jugador en el once titular del Gigante de Concacaf? ¿Bradley optaría por sentar a cuatro TITULARES EN EUROPA como Carlos Bocanegra (Stade Rennais, Francia), Jonathan Spector (West Ham United, Inglaterra), Oguchi Onyewu (AC Milan, Italia) o Heath Pearce (Hansa Rostock, Alemania) en beneficio de él?

En efecto, Edgar Eduardo Castillo expuso en sus primicias chispazos de crack; su velocidad y regate en corto eran poco comunes en estas tierras. No obstante, una campaña después de el campeonato logrado con Santos, su nivel decayó estrepitosamente. Daniel Guzmán (entonces DT del elenco lagunero) se la jugaba por Walter Jiménez u Osmar Mares en lugar del susodicho. Su traspaso al América significaba una nueva oportunidad para revalidarse de “ joven promesa” a "realidad”. Finalmente, después de una temporada para el olvido, tanto individualmente como colectivamente, el mister Jesús Ramírez terminó por mandarlo a calentar el banco de suplentes, tras una cadena de actos indisciplinados.

El chico da pruebas de lo mal amueblada que tiene su cabeza. En primer lugar, para ser titular hasta en el equipo del barrio, se deben mostrar aptitudes y actitudes. El defensor únicamente poseía lo primero. Sin embargo, a diferencia de Andrés Guardado, nunca había presenciado a un jugador tan vertiginoso y tan viable de trompicarse con si mismo. Cada vez que llegaba a línea de fondo, sus centros recordaban y supeditaban unas buenas jaquecas marca “taladro” a la Monumental, tal como lo hacía su homoalias José Antonio “El gringo” Castro. Tiene demasiadas dificultades para entender lo que le piden los estrategas -él mismo lo dijo-. Es decir, nunca ha manifestado hechuras.

En conclusión… ¿Se le va a extrañar? No. ¿Se pierde de mucho el Tri? Tampoco. ¿Gana algo Estados Unidos si le solicita? Una oveja negra que disuelva el vestidor como lo hizo en Santos y en América. Solución: si yo fuese “El Vasco” lo convocaba contra EE.UU., lo hacía jugar el último minuto del cotejo para imposibilitarlo de vestir la elástica del Tío Sam y nunca más lo volvía a citar. Aclaro, el encono no es contra nuestros vecinos del norte, más bien esta dirigido contra los apátridas lambiscones que se venden al mejor postor como este sujeto y ejercen una escasa educación, gratitud e identidad cultural hacia un país que le abrió las puertas como profesional, luego de haber sido ninguneado por los soccer scout talents de la MLS. De menos, la mal gratitud 100% pocha si la lleva en la sangre.

Así que como decían por 1848: “¡green go home!”
Léase actualmente: ¡Gringo o homie a limosnear a otra parte!

2 comentarios:

  1. Hola Mario. Gracias por el mensaje que nos dejaste en queridos. Me gustó tu blog. Además escribes bastante bien, lo cual en este país no es nada común. Si algún día quieres colaborar con algo en Queridos, a título personal o bajo el nombre de tu blog, con gusto lo ponemos.

    Por lo demás mira que tenemos muchas coincidencias. Yo también estudié Ciencias de la Comunicación y a tu edad también tuve una novia llamada Maria Elena.

    Saludos y mucha suerte con tu blog.

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  2. Gracias por el comentario que dejaste en queridos. Tu blog está bueno y escribes muy bien (me gustó mucho la editorial "La pelota no se mancha"). El día que quieras publicar algo en queridos, a nombre tuyo o bajo el de tu blog, eres más que bienvenido.

    Por lo demás mira que tenemos muchas coincidencias. Yo también estudié Comuniación y a tu edad tuve una novia que se llamaba Maria Elena.

    Saludos!!

    Marco Dávila

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