miércoles, 25 de febrero de 2009

¡Qué Bávaros! (Crónica)

Bayern München ridiculiza al Sporting de Lisboa en el mismísimo José Alvade. La eliminatoria está virtualmente resuelta. Frank Ribéry, la figura de la noche.

Lisboa, Portugal.- Como anécdota quedarán las tres últimas derrotas (en cuatro partidos) que sufrió en la Bundesliga el conjunto rojo. Ayer no tuvieron ni un mínimo de misericordia en su cotejo contra los leones del Sporting Lisboa.

A sabiendas de que otra derrota en el banquillo le costaría la cabeza, el timonel Jürgen Klinsmann dispuso de todas sus cartas fuertes desde un inicio, sin guardarse nada. Era matar o morir. Entre las novedades, la más altisonante era la incursión del italiano Luca Toni en lugar del ingrávido Lucas Podolsky.

Los albiverdes venían con una carga de motivación extra, luego de vencer el fin de semana pasado en un encuentro muy reñido a su némesis por excelencia: el Benfica de Quique Sánchez Flores por marcador de 3-2. Sin embargo, tenían una estadística demoledora en su contra: en 14 enfrentamientos previos ante rivales alemanes en copas continentales, siempre terminaron mordiendo el polvo. Una coyuntura de oro desfilaba en su sendero para despedazar una maldición.

Klinsmann dictamino a sus pupilos a salvaguardar un diseño táctico pávido y defensivo. Para sorpresa de todos, los leones gozaron de una situación clara para adelantarse en el tanteador. Anderson Polga remató un tiro de esquina que el lateral Philip Lahm salvó oportunamente para la causa bávara. Insólitamente, esa sería su acción más peligrosa de todo el primer lapso para los portugueses.

El Bayern esperaba algun brochazo por parte del galo Frank Ribéry, que llegó por fin al minuto 41. El francés se comió todo el campo con una carrera endemoniada desde unos 40 metros, en la cual derrochó su calidad de crack al dejar rivales sembrados en el césped
por doquier. Los defensores Tonel y Polga –un tanto abrumados- alcanzaron a ver de lejos el dorsal del número 7 .

Para el segundo tiempo, el Bayern, cual Manny Pacquiao no dejó respirar ni mucho menos parpadear al local, por lo que lo asfixió en contra de su casilla hasta tal punto de originar un festín acompañado de un vendaval de goles... Primero llegó un centro de Massimo Oddo que firmó su compatriota Toni para decretar el 2-0. La parroquia del Sporting enmudecía.

Acto seguido, el ex-Barcelona Fabio Rochemback, cual tronco, alzó una de sus ramas para derribar a un participativo Lahm. Rochemback miraba iluso. Cheque al portador que Ribéry canjea para un lapidario 3-0.

Paulo Bento metió dos cambios para tratar de revolucionar a su escuadra; entraron Pereirinha y Vukcevic en lugar de Abel e Izmailov, aunque en el papel eran cambios con la idea de descontar lo más pronto posible, igualmente pudo ser interpretado como “arrojar la toalla” pretendiendo velar a dos titulares habituales pensando en el próximo choque liguero ante el Porto.

Klinsmann respondió incorporando a Lell y Altintop, por Oddo y Schwennie. Mientras tanto, Ribéry brindaba una sinfonía de regates, quiebres y dribbling al mayoreo, "Scarface" se vistió de torero para romper cinturas y girar ombligos a diestra y siniestra. Si el Madrid quiere fichar a este talentoso media punta durante el próximo mercado de transferencias en verano, tendrá que irse haciendo a la idea de soltar mucha pasta -por más crisis que asote- por esta joyita.

Un último suspiro por parte del brasileño Liedson fue bien atajado por Michael Rensing. Luca Toni tuvo en sus botines dos jugadas que no desaprovecho; a los 84 minutos, tras asistencia del tenaz Ribéry, y el 0-5 con el tiempo ya cumplido, otra vez a pase del ex-Marsella.

Si el Sporting pretende urdir otro oso de equivalentes secuelas, por mera dignidad, sería mejor no presentarse en el Allianz Arena.



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